No siempre serás tú la que caliente mi cama,
algún día alguien más dormirá en mi pecho.
Por semanas habrá desfiles de mujeres entrando y saliendo en mi vida,
pero al final siempre quedarás tú.
Esta semana seré tuyo: besaré tu frente, curaré tus heridas y te amaré
como si fueras la última mujer y yo el último hombre.
Por días no te recordaré cuando otros labios recorran rutas que tú creaste,
cuando otras manos habrán cicatrices que tú cerraste.
No siempre, pero sí para siempre estaré a tu lado.
No sólo como sexo; seré el labio que besa tiernamente, el oído que escucha pacientemente,
los ojos que cuidan; seré la roca que guía, el faro que alumbra, el alcohol que desahoga.
Seré el esposo, el confidente o el amigo.
No siempre, pero para siempre despertarás y,
aunque me encuentre a kilómetros en otros brazos,
sabrás que soy tuyo y que nada me llena más que saber que eres mía.