No, no tengo motivos. Sólo quiero sentirme triste y llorar porque sí. Quiero tirarme a la cama y permitirle a mis lágrimas empapar mi rostro y mis sábanas. Quiero que me abraces, que acaricies mi cabello y me digas cosas cómo: <<está bien, estoy aquí contigo>>; <<no pasa nada>>; <<te amo>>. Quiero que me digas <<te amo, te amo, te amo>>, mientras acaricias mi cabello y yo lloro porque sí. Quiero que una marea de tristeza me inunde, ahogarme en ella, y llorar porque sí.
Después de todo esto, levantaré mi cara y te veré a los ojos mientras me dices <<todo está bien, te amo>>. Sonreiré y te diré cuán feliz me haces; te diré que te amo, te amo, te amo; te diré que soy feliz de vivir, de estar entre tus brazos y llorar porque sí. Entonces un incendio de felicidad hará arder todo mi interior.
Pero eso será después. Después del llanto, de la cama, de la sábana. Después de tus brazos, tus <<te amo>> y tus besos. Después de llorar porque sí.
domingo, 28 de agosto de 2016
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