Estoy confundido, hace unos días le escribí una carta, ya la superé. Recuerdo esa manera en la que me manipulaba, juagaba con mis sentidos, con mis deseos, con mi orden, me hacía desconfiar de mi mismo; era tan frustrante, pero...¿por qué me hacía sentir especial?, yo odiaba que no respetara mi orden perfecto, ¿me encantaba de sobremanera?, ¡NO!, lo odiaba, mi orden no debe ser alterado, ¡¿Por qué diablos estaría mal?!, esto no es una obsesión, es una cualidad.
Sus besos encajaban perfectamente con la dulzura que necesitaba, me seducía en los momentos perfectos, ¿o será que es capaz de manipular los momentos?, hasta llegué a incluir el mencionar su nombre por accidente en mi rutina diaria; tengo que dejar de cuestionarme, yo ya no siento por ella nada, ¿será conveniente buscarla?
0 comentarios:
Publicar un comentario