Toda esta agría mierda comenzó hace años, hace largos y asfixiantes años. Jamás podré redimirme de esa colisión entre mis sueños y la realidad. Me han dicho que debo dejar de pensar en eso, sería lo más sano y cuerdo. Si supieran que estos actos carcomen mi interior como gusanos, que estoy muerto en está asquerosa vida y que la demencia sería un alivio para mi cabeza.
Mi aflicción tiene nombre, más no me atreveré a pronunciarlo. Ese nombre es amargo en mis labios como hiel. No la nombro por miedo a invocarla, porque estoy seguro que ella es un ente demoníaco, un ser arrancado de la mente de un degenerado, infame y loco, dueño de una sed que sólo puede saciar las lágrimas de un hombre desafortunado.
Sé que tengo que deshacerme de esto, plasmarlo en algún lugar. No tengo a nadie, estoy en un lugar desconocido, solo. Huí de ella. Pero necesito contarlo. Sólo me queda escribirlo. Así que mientras escribo estas páginas me revolcaré en lo profundo de mí. Sacaré a rastras esto que me ha seguido por años. Lo encadenaré a estas palabras y las daré por perdidas, quizás así pueda recuperar algo. Al menos algo.
Mi aflicción tiene nombre, más no me atreveré a pronunciarlo. Ese nombre es amargo en mis labios como hiel. No la nombro por miedo a invocarla, porque estoy seguro que ella es un ente demoníaco, un ser arrancado de la mente de un degenerado, infame y loco, dueño de una sed que sólo puede saciar las lágrimas de un hombre desafortunado.
Sé que tengo que deshacerme de esto, plasmarlo en algún lugar. No tengo a nadie, estoy en un lugar desconocido, solo. Huí de ella. Pero necesito contarlo. Sólo me queda escribirlo. Así que mientras escribo estas páginas me revolcaré en lo profundo de mí. Sacaré a rastras esto que me ha seguido por años. Lo encadenaré a estas palabras y las daré por perdidas, quizás así pueda recuperar algo. Al menos algo.
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