Carta de un soldado

Amor, es muy probable que no te vuelva a ver y lamento mucho romper mi promesa, volver a casa y estar el día de nuestra boda, pero lamento decirte que no será así. Lamento decirte que te fallaré esta vez, pero prometo que será la ultima vez que te falle.

Lo siento, pero así son las cosas. Tú sabías a que nos arriesgábamos y decidiste darlo todo para mi, al igual que te di todo lo posible de mi parte, pero así es la vida de un soldado. Desde el momento que te vi no te mentí  ni una vez  te oculte nada, y desde el principio te di advertencia de lo que podría ser nuestro futuro.

Ahora estoy aquí, acorralado en medio de una guerra, no hay hombre en pie. Sólo estoy yo y el nauseabundo olor a muerte. Veo a mis amigos, a mis compañeros, a los soldados con los que pelee tantas batallas. Hoy los veo caídos, sin vida, pero no los extraño. Sé que pronto los veré.

Escucho voces y pasos, el enemigo se acerca, mi hora ha llegado. Los tambores de guerra suenan. No me hallarán tirado, me encontrarán de pie, de pie como viví toda mi vida.
Sé que se acercan, amor. Esta es la despedida.

"Un soldado no tiene miedo." Era lo que cantábamos al venir aquí. Pero a mi me falta memoria y estoy aterrado cuando veo de frente al fin. Escucho el canto y los veo llegar, no hay nada que hacer.
Sólo me queda algo que decirte: Siempre te amé, mi amor y ni mis ultimas horas deje de pensar en ti.

Atte.
Tu soldado.

Te amo.